La crisis económica que comenzó en 1974 obligó a muchos de los inmigrantes que trabajaban en los países altamente desarrollados al retorno a sus países de origen. Se presenta un estudio centrado en los trabajadores que se vieron forzados a volver a Andalucía, basado en la realización de entrevistas con 514 emigrantes y con 227 no inmigrantes procedentes de 7 provincias andaluzas a los que se les agrupa en función de criterios socioeconómicos. Aunque muchos de los emigrantes consiguieran ahorrar antes de su retorno, pocos son los que con ello lograron cambiar su status social. La alta tasa de desempleo en las pequeñas localidades españolas dificulta el retorno de los emigrantes. Aquellos que lograran desempeñar tareas laborales específicas tendieron a mudarse a las grandes ciudades, mientras que los no-especializados volvieron a sus pueblos de origen. La situación se asemeja bastante a la del retorno de los emigrantes griegos