Se considera la aparente contradicción entre la visión del mundo humano de las ciencias sociales, necesariamente determinista, y el concepto de libertad humana. La exclusión habitual de la libertad en las explicaciones sociológicas deriva de las arraigadas concepciones de predicción, regularidad y verificabilidad que dominan esta forma de conocimiento. Se propone una tentativa de incorporación del concepto de libertad en la teoría social mediante una definición socioestructural del término, vinculándolo así a dos procesos: innovación (la libertad como un comportamiento innovador) y estructura (la libertad como conducta auspiciada por cierto tipo de configuración social). El elemento paradójico es este segundo: la libertad se contempla como resultado de situaciones sociales que ?obligan? a la gente a actuar libremente, es decir, a crear su propia libertad. E pretende así evitar un excesivo optimismo antropológico: la tendencia del ser humano a comportarse como un ser libre se hace efectiva cuando las ambigüedades, los conflictos en las orientaciones de valor y las contradicciones de una estructura social dada le inducen a actuar creativamente. Se examinan algunas tendencias contemporáneas enemigas del desarrollo de la libertad, entre las cuales figura de modo decisivo la corporatización del mundo en las sociedades modernas avanzadas.