En los últimos quince años, la psicología social se ha visto determinada por una situación de crisis y de búsqueda de paradigma. Tal desorientación ha surgido de: (1) un abuso del método experimental en detrimento de la consideración del componente social que siempre había caracterizado el enfoque de la disciplina, y en menoscabo, por tanto, de la validez de los resultados; (2) un excesivo aislamiento respecto de la experiencia social real, lo cual ha minado la aplicabilidad de los resultados experimentales y de la teoría; y (3) un uso excesivo de modelos estadounidenses, cuya aplicación a contextos culturales diferentes resulta inapropiada. Se presentan tres coordenadas generales necesarias para la psicología social española: (1) de tipo sociocognitivo, definida por sistemas simbólico-culturales específicos (por ejemplo, lenguaje, ideologías, modelos de pensamiento); (2) de tipo socioeconómico, necesario para la industrialización de la nación; y (3) una coordenada de tipo socio-político definida por el cambio social, la evolución de las estructuras de poder y la asimilación de nuevas formas políticas. Estas coordenadas contribuyen a la comprensión de fenómenos psicosociales que la teoría clásica es incapaz de explicar. Su análisis exige la creación de nuevos modelos teóricos y metodológicos que se adapten a la realidad social española