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Juan Bengoechea Goya
La entrada, el pasado 1 de enero de 1993, de la Segunda Directiva de Coordinación Bancaria, va a traer consigo indudables consecuencias para las instituciones financieras europeas. Pero éstas sólo adquirirán su pleno desarrollo, si finalmente se llega a una Unión Monetaria. En este sentido, aunque las recientes vicisitudes por las que está atravesando la ratificación del Tratado de Maastricht ponen en cuestión el marco jurídico en el que se alcanzará la tercera fase de dicha Unión, sigue manteniéndose vigente el objetivo, cada vez más sentido por los diferentes agentes económicos, de llegar, de una u otra manera, al establecimiento de la moneda única europea. Desde esta perspectiva, en primer lugar se analizan las consecuencias que eventualmente podrían derivarse para la banca de esa Unión Económica y Monetaria y, en segundo lugar, se realiza un somero pero ilustrativo repaso de algunos de los principales efectos que ésta puede tener para la política financiera de la Comunidad Autónoma Vasca.
Abstract The introduction, last 1st January 1993, of the Second Directive on Banking Coordination is going to produce considerable consequences for European financial institutions, although these will only reach fuil development if the Monetary Union is attained. In this sense, although the recent problems the Maastricht treaty has been going through have questioned the juridical framework in which the third phase, the objective of which is somehow establishing a unique European currency, is to be attained, such an objective is still valid and it is ever more supported by all the economical agents. From this point of view, we shall first anal:yze the consequences which couid eventually arise for the banks within such.an Economic and Monetary Union, and, secondly, we shali make a brief but revealing review of some of the principal effects such a Union may produce as regards to the financial policy of the Basque Autonomous Community.
