El propósito del artículo es analizar el futuro del estado del bienestar desde una perspectiva postkeynesiana. Los objetivos que se persiguen son varios. En primer lugar, señalar, por lo que al sistema de pensiones se refiere, que los problemas que plantea el envejecimiento de la población son independientes del sistema de financiación seleccionado. En segundo lugar que el estado del bienestar no crea costes, sino que redistribuye los costes asociados con cualquier programa de aseguramiento. Y, finalmente, que las transformaciones económicas que se están conociendo aumentan la inseguridad individual y, por lo tanto, contribuyen de esta manera a una mayor necesidad de seguridad.