En este trabajo, intentamos, a partir del análisis de dos casos aparentemente muy diferentes entre si, una filial maquiladora taiwanesa del sector textil en Nicaragua y una filial manufacturera de Sony en el País de Gales, verificar la existencia de las ventajas atribuidas por muchos investigadores a la inversión extranjera directa manufacturera en las economías periféricas. Las similitudes negativas halladas en estos dos casos, nos lleva a tener dudas en lo que se refiere a la contribución supuestamente universal de dicha inversión al potencial de desarrollo a largo plazo de la economía de acogida.