Este trabajo pretende, a partir de un caso concreto y desde el lugar de la autocrítica, ser una invitación a que nos demos el permiso de pensar sobre nuestra práctica profesional. Sabemos que mucho se ha escrito sobre ello y que lo han hecho profesionales reconocidos nacional e internacionalmente, y creemos que, si bien no somos tan importantes como ellos, a partir de nuestras dudas, nuestros temores, nuestros pre-juicios, nuestra crítica-autocrítica, podemos contribuir a enriquecer esta práctica profesional. No pensamos que con esto encontraremos �una receta� sobre cómo debe ser o no nuestra intervención como trabajadores sociales frente a situaciones de violencia institucional y social, pero sí pensamos que a partir de una reflexión crítica y autocrítica nos encontraremos mejor posicionados para nuestra intervención y la construcción de nuestra identidad como profesionales.
Les proponemos, entonces, adentrarnos en la situación, y luego reflexionar.