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Tres ensayos proponen una explicación social opuesta a la interpretación psicológica estándar de las "no-respuestas" en las encuestas como resultado de bajos niveles de interés y competencia. En El lenguaje de la abstención de Jean-Claude Passeron se sugiere que las no-respuestas sean vistas como reacciones a factores históricos y culturales contenidos en las preguntas. El contexto de la interrogación requiere un análisis de la figura del propio sociólogo. En El juego de la precisión y del silencio: análisis de un ejemplo de no-respuestas a preguntas de hecho Fernando Porto Vázquez usa un modelo de precisión relativa a las medidas del contenido objetivo y los grados de verbalización para demostrar la variabilidad social de la precisión. En La gestión social de los silencios, Francois de Singly analiza el fenómeno de la no-respuesta en situaciones donde el investigador conoce la respuesta correcta como el deseo del entrevistado de mantener su integridad o proteger sus intereses. La diferenciación socializada de las respuestas en función de la clase social, la educación y los intereses individuales ocultan la creencia fundamental de que cada uno tiene una opinión y esta opinión puede ser expresada
