Durante las dos últimas décadas del Siglo XIX, la República Argentina asistió a la definitiva consolidación de su Estado nacional. Fue en el transcurso de ese período, y aún con mayor vigor al iniciarse el Siglo XX, cuando el aparato estatal avanzó como nunca antes lo había hecho sobre el terreno de la intervención en lo social.
Por consiguiente, el Estado acentuó su predominio en la demarcación tanto de los medios como de los fines de la intervención, en detrimento del poderío eclesiástico y de otros factores de poder. Para la consecución de sus fines, quien controlase ahora la estructura estatal, tendría a su disposición un gran abanico de instituciones, prácticas y dispositivos