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Mariano Sánchez Robles
Este trabajo pretende recordarnos, una vez más, que el ser humano es ese ser complejo que desarrolla su vida diaria en un ámbito particular y, a la vez, en un contexto comunitario con sus tradiciones, valores, costumbres, prejuicios, es decir, con su propia cultura. Cuando lo que se pretende es adentrarse en los entresijos de esas creencias y costumbres, en ocasiones fuertemente arraigadas entre la población, no podemos arriesgarnos a hacerlo de forma sesgada, parcial y superficial.
Por ello, las intervenciones en el ámbito de la salud deben incluir, como ya reconoció Hipócrates hace más de 2000 años, el estudio del medio social en que este ser complejo vive, investigando las causas que perturban su estado de salud y no deben limitarse, como ya estamos acostumbrados, a solucionar los problemas biológicos, sin más. Siguiendo esta línea argumental, se ha intentado plasmar en este trabajo, la incuestionable aportación que las Ciencias Sociales, y más concretamente el Trabajo Social, vienen demostrando a lo largo de muchos años en las intervenciones en el ámbito de la salud.
En los últimos tiempos, la figura profesional del Trabajador Social, está siendo arrinconada, infrautilizada y despreciada por los que, teniendo la potestad de articular para este colectivo una actuación fundamental e integradora en el contexto sanitario, no tienen a su vez la capacidad para hacerlo, preocupados más de la estadística asistencial, de hacer una gestión sanitaria de "pasarela", para la galería y de ofrecer al usuario lo que le pide y en el momento en que éste lo pide, sin valorar si es eso lo que realmente necesita. Una política sanitaria que tiene más de lo primero que de lo segundo y un interés social general que sucumbe ante el interés económico particular.
Se trasladan a estas páginas, opiniones, comentarios, ideas y argumentaciones que, desde hace ya mucho tiempo, vienen señalando, recalcando e insistiendo, en la importancia de un abordaje integral de las intervenciones en salud, como única garantía de su éxito. Y se pone como ejemplo la amplitud de posibilidades de intervención del Trabajador Social en este ámbito. Tal vez, tan sólo sea cuestión de que nos dejaran demostrárselo.
