La ciudadanía, en un modelo social neoliberal, queda reducida a un ejercicio electoral en el cual la élite política obtiene el poder y se legitima. El autor señala cómo el Estado ha abandonado con este modelo su papel de garante de derechos sociales como la salud, la educación y el empleo, los cuales se transforman en un bien cuya obtención se logra con recursos individuales