Desde que entró en vigor la Directiva 94/45/CE, en septiembre de 1994, sobre la constitución de los Comités de Empresa Europeos, la trayectoria que ha seguido su implantación en España ha sido análoga a la que ha tenido lugar en la Unión Europea. No obstante, a pesar de esa evolución en paralelo, las tasas de cobertura de las empresas multinacionales con sede central en España, o que han optado por adherirse a la legislación española en esta materia, han sido siempre inferiores a la media europea. La prioridad de las multinacionales españolas por los mercados latinoamericanos ?con la consiguiente exención en la obligación de tener que crear un comité de estas características?, pero también la existencia de una concepción cultural de la patronal española particularmente reacia a compartir el control del poder de la empresa con los trabajadores, junto a la persistente visión «local» de la negociación colectiva y de las relaciones laborales por parte de los sindicatos españoles, son algunas de las principales causas que se apuntan a la hora de explicar el menor desarrollo que han experimentado los Comités de Empresa Europeos en España, con relación al que ha tenido lugar en Europa.