La masculinización de las poblaciones rurales en España es un fenómeno endémico. Para indagar en sus causas, se analiza la evolución de distintas cohortes de nacidos en municipios rurales y su comportamiento migratorio en función de su nivel de estudios, situación laboral y prácticas de movilidad, especialmente en relación con los mercados laborales. Dicho análisis compara la región de Castilla y León, en donde el fenómeno alcanza la mayor intensidad, con la Comunidad Valenciana, en la que la masculinización aparece atenuada. Las conclusiones apuntan a que los procesos de arraigo y desarraigo de las mujeres rurales están relacionados con las oportunidades laborales y el acceso a la movilidad espacial. El carácter limitado de los mercados de trabajo rurales es resuelto mediante estrategias de commuter y de emigración como vía de acceso a empleos urbanos, estrategias que resultan claramente diferenciadas por género.