Así como la configuración predominantemente estatal de la política tuvo en su centro a la movilización colectiva nacional, la emergencia de los movimientos sociales transnacionales está contribuyendo decisivamente a la redefinición contemporánea de la política posnacional. De hecho, no puede afirmarse simplemente que la mundialización haya producido formas transnacionales de acción colectiva; la propia mundialización es, en parte, la consecuencia de una temprana transformación de la movilización social. Sea como fuere, no parece que la teoría política haya respondido todavía adecuadamente al tránsito de unos movimientos nacionales, instalados cómodamente hasta ahora en el familiar marco del Estado-nación, a unos movimientos transnacionales que no responden a un contexto institucional tan definido. Este artículo trata de arrojar luz sobre la naturaleza de estos novísimos movimientos transnacionales, con especial atención al movimiento antiglobalización y una vocación explicativa de sus relaciones con el orden político liberal.