La inmigración extranjera en Andalucía ha crecido notablemente en los últimos años. Aún sin alcanzar los niveles de otras Comunidades, presenta áreas de gran concentración y una diversidad de problemáticas considerable. La respuesta política por parte del gobierno regional ha venido dada de la mano de los Planes Integrales de la Inmigración en Andalucía (2001-2004 y 2006-2009). Estos planes, nacidos poco después del conflicto de El Ejido, han supuesto un esfuerzo considerable de sistematización y coordinación de las actuaciones que, relacionadas con la inmigración, llevaban a cabo diferentes organismos. La creación de la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias y su ubicación en la Consejería de Gobernación, en lugar de en la de Asuntos Sociales ha contribuido también a ese fin. El esfuerzo presupuestario del segundo plan ha sido considerablemente mayor, especialmente en campos como la Educación. Sin embargo, se echa de menos una mayor distinción entre medidas generales y medidas específicas relacionadas con la inmigración, así como una clara estrategia territorial que, en un espacio tan diverso como Andalucía, se antoja crucial.