Las investigaciones en ciertas tecnologías otorgan una ventaja competitiva que siempre debe ser renovada ya que los rivales no sólo buscarán igualar sus jugadas, sino que usarán la tecnología para desarrollar ideas más potentes para poder superarlo. Ésa es la conclusión de un exhaustivo análisis que efectuaron McAfee, profesor de Harvard Business School, y Brynjolfsson, profesor de MIT, de todas las empresas estadounidenses �de todos los sectores� que cotizan en bolsa, en las últimas décadas.
Encontraron una correlación clara entre los gastos en TI y una nueva dinámica competitiva: desde mediados de los 90, cuando la tasa de gastos en TI comenzó a aumentar bruscamente, la brecha entre los líderes y rezagados en un sector dado ha crecido. Hay más mercados donde los ganadores se llevan todo. Pero la mayor concentración ha aumentado en lugar de aplacado la turbulencia entre los actores restantes. Y esta dinámica es mayor en aquellos sectores que son intensivos en el uso de TI.
Este patrón es conocido entre los fabricantes de productos digitales, pero ahora se ha expandido hacia sectores más tradicionales, señalan los autores, no debido a que más productos se están haciendo digitales, sino porque los procesos se están digitalizando. El software para empresas como los sistemas ERP y CRM, en conjunto con redes de bajos costos, está permitiendo que las empresas reproduzcan sus procesos de negocios únicos de forma más generalizada, rápida, y con mayor fidelidad.
En este nuevo entorno, los ejecutivos deben elegir con cuidado cuáles procesos deben ser globalmente coherentes y cuáles podrían variar a nivel local. Además, aunque estandaricen algunas formas de trabajar, también deben alentar a los empleados para que generen mejoras creativas a los procesos que superen las innovaciones de los competidores.
Competir a un ritmo tan rápido no es fácil, y no todos podrán mantener aquel ritmo, pero las empresas que lo logren generarán mejores procesos de negocios e incrementarán su valor de mercado.