La regulación jurídica de la implicación de los trabajadores en la �Societas Europaea� ha sido fruto de un dificultoso proceso legislativo en el plano de la UE. El marco normativo comunitario establece un extremadamente complejo sistema plural de fuentes. El régimen jurídico comunitario no garantiza los niveles más altos de participación de los trabajadores en la Sociedad Europea, sino que trata de respetar la diversidad de tradiciones y prácticas de cada uno de los Estados miembros en esta materia. No obstante, son valorables positivamente sus límites frente a posibles retrocesos en los niveles de participación existentes en las compañias que participan en la creación e una SE, la integración de las reglas de participación en los estatutos societarios, junto con el aprovechamiento del potencial autorreflexivo de la negociación colectiva en esta materia tan sensible para las empresas.