La conjunción copulativa de este número (comunicación y desorden) proyecta un análisis no hegemónico. Resulta más habitual la disyuntiva (comunicación o desorden), denotando que la primera evita el segundo. No es esto cierto en todos los casos. La comunicación puede contribuir a la integración de la ciudadanía en la esfera Publica; y puede propiciar el enriquecimiento del sistema democrático. Serán, éstas, virtudes en potencia, pero no camino irrevocable. Determinada comunicación también canaliza encono y envilecimiento, resultando antesala y vehículo de la fuerza. Existe una comunicación para el desorden, caracterizada, antes que nada, por el secuestro del lenguaje.
The copulative conjunction of the title of this issue (communication and disorder) seems to give the idea of a not usual analysis. The dilemma (communication or disorder) is a more common formulation, denoting that the first term avoids the second. Nevertheless, it isn¿t true in all cases. Communication can contribute to the citizen¿s integration in the public sphere; and it can provide a significant improvement of the democratic system. But this is not an unavoidable result. Some kinds of communication are prone to transmit rancor and moral degradation, and they might be the prologue or the carrier of violence. There is a communication to disorder, which has as an essential feature its perversion of language.