En el republicanismo español del siglo xix, al margen de las divisiones internas acerca de estrategias y programas, actuaron dos culturas políticas de fondo, una simplemente liberal progresista, que resultó a la postre hegemónica, y otra, más invisible y margi-nalizada, liberal democrática. El federalismo pimargalliano representó una de las principales manifestaciones de ésta última, con un proyecto que pretendía construir un verdadero partido de base popular, organizativa e ideológicamente delimitado. Al lado de su apuesta de izquierda social, su gran reto fue el de la definición de un Estado federal, que surgía tanto de las múltiples reacciones sociales de autodefensa ante la creciente «invasión» del estatalismo central de base burguesa, como de la voluntad de afirmación del peso de los sectores populares en los ámbitos locales. A partir de ahí, sus relaciones con las distintas afirmaciones regionalistas, si bien fueron muy fragmentarias, parecieron abrir la posibilidad de una alternativa al protagonismo conservador. Sin duda el proyecto más acabado y coherente en esta dirección fue el del federalismo catalanista impulsado por J. M. Valles i Ribot en Cataluña. Al final, su fracaso político no puede analizarse sino en relación con el fracaso global de la opción federal democrática en el conjunto español y con la consolidación del Estado liberal burgués que, bien que mal, estaba representando el régimen de la Restauración.
Spanish 19th Century republicanism was broadly divided into two main political cultures, the leading liberal-progressives and the marginal liberal-democrats. Within this latter liberal-democratic culture, Pi y Margall's federalist project represented an attempt to build a party which was genuinely based on the people, yet ideo-logically sound and well organised. In addition to its leftist social proposals, its main challenge was the definition of a federal State, which arised both of reactions against the «invasión» of bourgeois statism, and of the willingness of popular sectors to gain some control of local politics. Though limited, the relations between these federalists and different regionalist groups seemed to créate an alternative to the hegemonic conservatives. The most coherent project in this direction was no doubt J. M. Valles i Ribot's catala-nist federalism, whose ultímate failure was but a consequence of the global failure of Spanish democratic federalism vis-á-vis the consolidation of the liberal bourgeois Restoration State.