Actualmente ya puede hablarse, dentro de la política económica, de la economía del medio ambiente, en la que se pueden distinguir tres áreas principales de estudio. La primera se refiere a los problemas de valoración de la calidad medioambiental. La segunda trata de la denominada teoría de la regulación del medio ambiente; y la tercera está relacionada con los efectos de dicha regulación sobre el crecimiento económico. En este artículo se trata de identificar los aspectos más relevantes de estos tres ámbitos, prestando una especial atención a las posibles formas de intervención del sector público, para que impliquen el menor coste posible, tanto en términos de crecimiento como de empleo.