Cuando la economía corriente analiza la relación entre la economía china y la economía global se suele hacer hincapié en los efectos que la primera está teniendo y tendrá en la segunda, ya que China es considerada tanto puntal de la fábrica mundial como rápido y voluminoso contaminador global. No abunda tanto la perspectiva de considerar la reestructuración y el crecimiento de la economía china como simplemente parte y producto de la reestructuración del capitalismo global tras la crisis estructural sistémica de los años setenta. En este artículo se propone una interpretación en este sentido a partir de la consideración del ciclo global del capital D-D¿, mediante el que la economía china ha sido reincorporada, de forma semiperiférica, a una ¿nueva¿ economía mundial, definida por la ampliación exhaustiva del modo capitalista de pro-ducción, distribución y consumo a todos los recursos humanos, naturales y productivos del planeta.