Las finanzas de la Unión definen su capacidad de actuación económica y revelan la voluntad política de los Estados miembros para ahondar en la integración. Si bien el presupuesto comunitario habría de ser una herramienta central de ajuste económico en una unión monetaria, junto con una mayor movilidad de los factores de producción y flexibilidad de los precios, su cen-tralidad debería haber sido reforzada con la reciente ampliación de la Unión. Sin embargo, la nueva realidad política europea, las nuevas condiciones eco-nómicas y una nueva filosofía presupuestaria de corte restrictivo han actuado en detrimento del desarrollo de las finanzas comunitarias. La dotación actual de las nuevas perspectivas financieras 2007-2013 no permitirá a la Unión pro-fundizar en la cohesión económica y social. Tampoco permitirá el reencuentro de Europa con el crecimiento y que pueda cumplir con los objetivos de com-petitividad y de eficiencia trazados en Lisboa.