El estrecho de Taiwan es uno de los puntos más delicados para la seguridad internacional. El conflicto entre Pekín y Taipei es el único escenario que podría detonar una guerra entre China y Estados Unidos. Mientras Pekín ha reiterado su determinación a emplear la fuerza para evitar la separación permanente de Taiwan, Washington se compromete a socorrer a su aliado democrático en caso de ataque. Hoy, sin embargo, los taiwaneses buscan la mejor forma de beneficiarse del desarrollo de China. Las soflamas independentistas han dado paso a un discurso favorable al entendimiento con Pekín. El nuevo presidente de Taiwan, Ma Ying-jeou, trabaja ya en acuerdos prácticos para las dos orillas.