El movimiento estudiantil y las huelgas obreras de Mayo del 68 tuvieron un papel decisivo en el proceso de modernización de la Francia contemporánea. Pese al deseo de Nicolas Sarkozy de "liquidar definitivamente" el espíritu del 68, sin la herencia de esos sucesos el presidente no podrá llevar a buen término sus proyectos de modernización de la Francia actual.