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José Félix Tezanos Tortajada 
, María Rosario Sánchez Morales
El correcto funcionamiento del Estado de Bienestar, tal como fue concebido por los grandes teóricos de la socialdemocracia, debía conducir a una erradicación de la pobreza, en un contexto general en el que no debían darse casos extremos de exclusión social. Sin embargo, estamos no sólo ante un debilitamiento de algunas de las políticas sociales propias del Estado de Bienestar, sino también ante una cierta dificultad para dar respuesta a las necesidades surgidas de la precarización laboral, de la carestía de la vivienda y de las nuevas fracturas y desigualdades sociales. De ahí que en muchas sociedades, al tiempo que persiste la pobreza, están surgiendo nuevos problemas de exclusión social, que revelan que son necesarios nuevos enfoques para prevenir el riesgo de evolucionar hacia sociedades más inseguras y cada vez más dualizadas.
