En abril fueron publicadas las nuevas directivas en materia de comunicaciones electrónicas. Una interpretación superficial de las mismas puede llevar a pensar que la regulación sectorial está llamada a ser desplazada a corto plazo por las normas de defensa de la competencia. Un estadio más detallado permite constatar, sin embargo, que las nuevas directivas permiten mantener e incluso incrementar la intervención de carácter regulatorio.
En realidad las nueras directivas se caracterizan por introducir la necesidad de basar cualquier intervención sectorial en un detallado análisis que justifique la proporcionalidad de la intervención. Justificado el fallo de mercado, existen múltiples mecanismos a disposición del regulador.
El artículo describe y evalúa los procedimientos definidos por las nuevas directivas para definir y analizar los mercados, así como los mecanismos de intervención a disposición del regulador y su relación con las normas de defensa de la competencia.