¿Por qué millones de personas quedan atrapados en las garras de programas como Gran Hermano? ¿Por qué los jóvenes se convierten en adictos a los videojuegos? Es evidente que para resolver estas dos preguntas hay tener claro que la interactividad, la competitividad y la realidad son factores son determinantes. Y esas mismas claves son las que nos deben llevar a conocer cómo debería ser el programa formativo del futuro.