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Desde inicios de los noventa en varios países de América Latina se implementaron reformas a los sistemas educativos nacionales. La Argentina fue uno de ellos. Inició un período de cambio estructural mediante la descentralización de los servicios educativos y la implementación de una nueva ley de educación. Tras la implementación de esta reforma, sus políticas y programas, asomaron algunos escasos estudios evaluativos parciales de los procesos de cambio iniciados por tales reformas. Estos obedecían principalmente a conocer el comportamiento de las principales variables de las reformas como calidad, equidad o financiamiento a los fines de determinar problemas focales y potenciales agendas de financiamiento internacional o ampliar la conceptualización y reflexión académica. Con base en una metodología de seguimiento y evaluación, el propósito de este trabajo es describir y sostener un conjunto de variables que permitan explicar los comportamientos de las provincias argentinas ante la implementación de la reforma educativa a la vez que construir un índice de institucionalidad de dicha reforma que permita obtener explicaciones sobre las variables que pueden estar obstaculizado o coadyuvando al proceso de implementación e institucionalización. Las principales conclusiones dan cuenta que al cabo de una década sólo el 38% de las provincias tiene una alta institucionalidad, éstas son provincias ubicadas en el centro del país donde se presenta el mayor desarrollo económico y social del país, que la neutralización de conflictos sindicales y el cumplimiento del ciclo escolar anual son los principales pases de abordo hacia la implementación de reforma educativas más exitosas y que hay una relación positiva entre el nivel del gasto educativo y los resultados de aprendizaje alcanzados. Finalmente es posible emplear métodos cuantitativos agregados de medición de políticas y programas que arrojen luz sobre tales procesos.
