Con el desarrollo de los medios, la visibilidad de los individuos, sus acciones y acontecimientos, se ha separado del espacio común compartido. Aparece una nueva forma de visibilidad mediada que ha transformado las relaciones entre visibilidad y poder: los dirigentes políticos pueden aparecer ante sus ciudadanos en formas y dimensiones que nunca han existido antes. Pero la visibilidad mediada es una espada de doble filo: también crea nuevos riesgos a los líderes políticos. De ahí que la visibilidad creada por los medios de comunicación se convierte en la fuente de una nueva y distinta clase de fragilidad ( 1).