Los tiempos cambian y con ellos el uso que se está haciendo de la biblioteca universitaria, que ha pasado de ser centro de consulta bibliográ-fica a emplearse principalmente como sala de estudio. Se hace necesario conocer los hábitos de uso de los usuarios para llevar a cabo una adecua-da atención de sus demandas y contribuir a facilitar la gestión de los dife-rentes implicados en las políticas bibliotecarias. En esta línea se encamina este trabajo que presentamos.