Nos casamos igual que nos divorciamos. Así se deduce de los datos ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial de los años 2005 y 2006, que demuestran claramente que en nuestro país se celebran casi las mismas bodas que nulidades, separaciones y divorcios unidas. La claridad de las cifras obliga a su plasmación gráfica lo que esperamos sea de gran interés para el lector habida cuenta la espectacular situación en la que nos encontramos.