Uno de los grandes retos a los que se enfrenta en la actualidad la función de recursos humanos es gestionar con éxito los desplazamientos internacionales de los empleados en el marco de procesos de expansión a otros mercados. Numerosas organizaciones han pasado de una posición reactiva en este ámbito a crear políticas específicas con el objeto de adaptar este tipo de procesos, en la medida de lo posible, a su estrategia y cultura corporativa. Este artículo, ante la creciente importancia del fenómeno de la movilidad internacional de trabajadores, pretende realizar una breve exposición acerca de las diferentes implicaciones que deberían considerarse ante la asignación de empleados a posiciones o proyectos en el extranjero. En particular, este fenómeno se ha abordado desde tres puntos de vista: estratégico, retributivo y fiscal.