Javier Santiso
En apenas una década, la economía española ha dado un giro espectacular. El símbolo de esta espectacular emergencia es sin duda la metamorfosis experimentada por el mundo empresarial. Estas empresas emprendieron, a lo largo de los años noventa, un audaz viaje transatlántico que las convirtió en jugadores globales. Para España, América Latina fue el trampolín internacional a partir del cual las empresas españolas se convirtieron en multinacionales. Así, entre 1996 y 2006, en menos de diez años, el perfil de las corporaciones españolas cambió de manera radical, convirtiéndose algunas de ellas en multinacionales punteras en sus sectores. A partir de mediados de la década de 2000, las empresas iniciaron una segunda fase de internacionalización, buscando oportunidades más allá de los mundos latinos, en particular en los países OCDE y los países asiáticos. A la latinoamericanización de la década anterior, está ahora sucediendo una globalización acelerada. Una nueva etapa de internacionalización se está abriendo.