El bosque aparece hoy como un patrimonio de una crucial importancia estratégica para toda la humanidad. La obtención de leña y de tierra de labor vincula a él la subsistencia de la mayoría de la población en los países pobres, así como una importante producción industrial y, más recientemente, los usos recreativos y la calidad ambiental en los países ricos. La gravedad de las tensiones desencadenadas en torno a estos diferentes usos está amenazando la supervivencia de numerosos bosques y dificulta su aprovechamiento integral. Vía obligada de intervención para instaurar la paz en uno de nuestros patrimonios comunes y poder al mismo tiempo aprovechar su inagotable fuente de recursos es el desarrollo de las nuevas profesiones, exigidas por la mayor complejidad e importancia del sector, así como el diseño y la promoción entre la población general de una "cultura forestal" con una sólida base profesional. La sociología es una de las disciplinas llamadas a encontrar en este ámbito un interesante campo de trabajo, tal como muestran las aportaciones de un estudio reciente sobre "cultura forestal" realizado en Galicia.