La hipótesis sobre una clara conexión entre los cambios en el proceso democrático en España durante los años 1977 y 1986 y el tipo de parlamentario en activo durante ese tiempo, es investigada citando los resultados de un estudio inédito sobre la cultura política (creencias, normas de comportamiento y valores de los parlamentarios) bajo el nuevo sistema político. La teoría elitista es aplicada para examinar la formación y la evolución de la clase parlamentaria, el equilibrio de poder y las relaciones existentes entre las elites parlamentarias, los funcionarios de partido externos al parlamento y los directores de políticas (clase no elegida). Se concluye afirmando que, a pesar de las dificultades durante la transición a la democracia y el débil sistema de partidos español, el parlamento se encuentra en vías de institucionalización.