La transición política tras el régimen de Franco ha sido habitualmente descrita, en términos socialmente neutrales, no clasistas, como un cambio desde un régimen autoritario a una democracia parlamentaria. Los cambios políticos fueron separados con éxito de cambios en la estructura de la propiedad. Pero la recomposición del orden burgués tras 1975, el nuevo reparto de actores en la escena política, ha coincidido con una serie de acuerdos neocorporativos desde el Pacto de la Moncloa de 1977 hasta el Acuerdo Económico-Social de 1985-86. Así, paradójicamente, la vieja retórica corporativista franquista fue sustituida por practicas neocorporativistas que han favorecido un aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso entre salarios y rentas de la propiedad