Desde 1977, España ha tenido un Ministerio de Defensa con ejército, fuerza aérea, y marina bajo un mismo mando unificado. Antes de 1977, cada rama del servicio militar tenía su propio ministerio, lo que llevaba a una influencia exagerada de los militares en el gobierno. Bajo ese viejo sistema existía un exceso de personal, al mismo tiempo que una escasez del material necesario. Las estrategias de defensa fueron definidas más por situaciones domésticas anteriores que por preocupaciones globales contemporáneas. Desde 1977, se han hecho esfuerzos por adquirir el armamento necesario, reformar el sistema militar de justicia, reducir la burocracia, crear un sistema de reservas, y circunscribir cuidadosamente el papel de los militares a las funciones de defensa