En Antígona, Sófocles hace ver que la prudencia es la única forma en que el hombre puede evitar las desgracias que se ciernen sobre él cuando no se atiene a las exigencias de la razón. Esto es válido sobre todo para el poderoso, quien debe poner especial cuidado en tener conciencia clara del límite entre la ley divina y la ley humana y en no sobrepasarlo. El sentido de la "phrónesis" se detecta sólo prestando oído a la voz de los dioses, a las leyes no escritas que se hacen presentes en el lenguaje de la ciudad.