Amador Barbado Fernández
La aparición en 1995 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales no ha provocado los resultados esperados en cuanto a la mejora de la siniestralidad laboral, lo que conduce a atribuir a la formación un papel cuya dimensión, en cuanto a grado de eficacia, no está aún muy claro. La relación entre Formación y Prevención de riesgos laborales es una relación dada como supuesta pero insuficientemente demostrada. Esta circunstancia, además de estar condicionando las opiniones de expertos e incluso las propias decisiones de la Administración, es una consecuencia de la aplicación de la formación continua en general, y particularmente de la formación en materia de prevención de riesgos laborales, bajo modelos inadecuados. Se propone una alternativa fundamentada en el concepto del impacto y en los modelos competenciales, y se exponen las características básicas del Proyecto Linceo, un diseño en ejecución actualmente en Hunosa.