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La economía china ha sufrido grandes mutaciones económicas y sociales durante las últimas décadas que han configurado un nuevo escenario, no sólo para la propia economía china, sino también para sus interlocutores comerciales. En este sentido, la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) implica modificaciones de gran calado en su política comercial, al asumir este país todo un conjunto de compromisos de apertura y liberalización de mercados inexistentes hasta este momento. Las autoridades económicas españolas, conscientes del potencial económico y comercial que representa China, definieron en el Plan Marco Asia-Pacífico 2000-2002 un conjunto de actuaciones específicas para fomentar la presencia de las empresas españolas en este país. El presente artículo examina detenidamente todas estas cuestiones, enfatizando la actuación empresarial española y los desafíos más inmediatos que la nueva China va a suponer en el contexto económico internacional.
