Buena parte del debate reciente sobre la democracia mexicana y sus perspectivas se centra en diversos aspectos de la cultura política de los ciudadanos. Este artículo enmarca este eje del debate en el ¿giro cultural¿ observable en muchos estudios actuales de la política. Después problematiza, con base en estudios cualitativos recientes, el uso corriente de los términos ¿participación¿ y ¿ciudadanía¿ en encuestas, análisis y prospectivas relativas a la vida política, y critica la concepción unívoca subyacente en ellas. Finalmente, aboga por una reorientación de los estudios de la vida política mexicana que tomen más en cuenta la heterogeneidad sociocultural de la población y, por consiguiente, la multiplicidad de visiones y conductas reales y posibles de relevancia para la construcción de la democracia en México.