El autor señala la dificultad de determinar los campos de actuación del tercer sector español dada la ambigüedad y polisemia de este termino. Aun así es posible determinar sus características principales (tradición histórica, presencia social amplia, nivel internacional). El éxito, más que el fracaso, determina su dinámica de funcionamiento y le somete a riesgos y retos que condicionan su futuro.
Se deduce de ello dos notas que clarifican su campo de actuación. En primer lugar, sometido a cotejo internacional, el sector español ocupa una posición media en la jerarquía de sectores. En segundo lugar, los retos internos (exigencia de profesionalización, de superación de la pérdida de autonomía, reconversión de su debilidad financiera) están siendo abordados favorablemente, aunque no sin cierta tensión, con la administración y el mercado.