Las nuevas orientaciones empresariales apuestan por fortalecer los vínculos con los consumidores, dada su capacidad para influir en la estabilidad y crecimiento de la empresa. No obstante, el mantenimiento de relaciones estables y duraderas entre ambos agentes resulta especialmente complejo, sobre todo cuando tales agentes presentan distinta naturaleza y buscan objetivos diferentes. Ante esta situación, la construcción y el intercambio de valor se convierten en el eje central de la relación, determinando su capacidad de fortalecimiento y atractivo respecto a los agentes implicados. El presente trabajo analiza el papel que el valor juega en este proceso, describiendo los diferentes tipos de valor que cada agente busca así como el modo en que éste se construye y entrega a lo largo de la relación.