La democracia es un viaje hacia la expansión de las libertades y la consolidación de los derechos de ciudadanía. El camino para que la izquierda recupere ideas y aporte referentes pasa por incorporar al discurso político la reivindicación de la calidad de la democracia con dos principios fundamentales e irrenunciables, que son el control popular y la igualdad política.