El análisis institucional aquí realizado permite afirmar que la nueva organización territorial del Estado implantada en España tras la Constitución de 1978 ha sido una de las piezas claves del desarrollo económico y social alcanzado desde entonces. Aunque los nuevos gobiernos autonómicos realizan ya casi tantas y tan importantes tareas políticas como sus homólogos en los estados federales, la organización existente en España resulta ciertamente singular. Además de explicar cuáles son esas claves organizativas diferenciadoras, y de mostrar los efectos positivos que las mismas han tenido durante el periodo analizado, en el trabajo se aportan también diversas estadísticas a fin de ofrecer una visión cuantitativa y comparada de la descentralización lograda, tanto en materia de responsabilidades de gasto como en lo relativo a la descentralización del poder fiscal. El éxito de estos primeros años, sin embargo, no garantiza que esas claves organizativas puedan seguir produciendo similares efectos positivos sobre el bienestar económico de los españoles en el futuro. Como se enfatiza en la conclusión, algunos de los nuevos y trascendentales hechos ocurridos en España ya desde finales de los años 90 exigen una reflexión sobre las posibles vías de reforma de ese modelo de organización territorial del Estado.