En este artículo se reflexiona sobre los modos en que la encuesta CEP (2006) hace emerger una identidad mapuche. Se sostiene que esa identidad se construye en el diálogo con lo no indígena y en las múltiples aristas que develan que ésta no puede comprenderse desde el esencialismo sino más bien desde procesos de larga duración, en los cuales diversos pactos históricos con el "otro" (colonial, republicano) hacen posible una concepción particular mapuche sobre la tierra y sobre la noción de "deuda". Desde esta escena dialógica, por otro lado, la lectura de los datos de la encuesta permite aproximarse al "double bind" presente en mapuches y no mapuches y explica cómo al interior de un nuevo contexto de valoración multicultural las políticas públicas y privadas se confabulan para crear un imaginario ambivalente en donde cultura y trasgresión juegan un papel crucial en una sociedad, como la chilena, que ha experimentado (fetichizado) durante siglos el "problema" mapuche sin encontrarle solución. Por último, se sacan a luz ciertas dimensiones de género que evidencian las posiciones sociales y simbólicas de las mujeres mapuches y cómo ellas matizan y complejizan las dinámicas identitarias y sus influjos en el entramado dialógico interno y externo de su cultura.