Jordi Urgell García
Después de haberse erigido en uno de los principales escenarios de Guerra Fría, la pacificación y democratización de Centroamérica en los años noventa se fraguó al amparo del proceso de Esquipulas y del alumbramiento del concepto de seguridad humana. El modelo de seguridad resultante se fundamentó en el Tratado Marco de Seguridad Democrática, que incorporó algunos de los postulados básicos de la seguridad humana y se convirtió en una de sus primeras concreciones institucionales. Sin embargo, los rendimientos de dicho modelo se han visto eclipsados y cuestionados por la evolución de los acontecimientos en Centroamérica (como el impacto del 11-S en las agendas de seguridad o la emergencia de nuevas formas de violencia en la región), hecho que abre las puertas a un nuevo instrumento securitario (la Fuerza de Reacción Rápida), genera temores sobre una eventual involución de Centroamérica en materia de seguridad y plantea algunas dudas sobre las asunciones habituales de la seguridad humana.