Existen en la actualidad diversos modelos de tributación societaria a nivel comunitario propuestos desde la Comisión Europea, a fin de dar pleno sentido y mejor funcionamiento al Mercado Interior que desean construir los países europeos. Al margen de las dificultades políticas para tomar una determinación en aras a la coordinación de la fiscalidad directa de las empresas, las propuestas que hay sobre la mesa siguen teniendo connotaciones de proyecto probeta difícilmente implementable en la práctica. Este artículo trata de acercar al lector la realidad estadounidense, en cuyo mercado coexisten diferentes autoridades fiscales que precisan de un sistema de articulación y coordinación entre las mismas. A lo largo del mismo, además de examinar sus características más destacadas, se analiza su incidencia en la estructuración y toma de decisiones de los agentes económicos afectados. Dicho recorrido puede servir de piedra de toque en el diseño de un eventual modelo para la unión Europea.