Europa se debate en estos momentos entre un renacer de nacionalismos rampantes, que se ocultan púdicamente bajo el nombre de ¿patriotismo económico¿, y nuevos objetivos de integración, que buscan hacer realidad el mercado único europeo, hasta ahora inexistente en gas y electricidad. El artículo hace un análisis detenido de los mercados nacionales e incomunicados que hoy conforman Europa; de los intentos de construcción de campeones europeos, capaces de defenderse de invasiones foráneas y extenderse, si es posible, a otros países. La cuestión central que en él se plantea es ésta: ¿qué queremos: campeones o mercado? Hay que elegir. No es posible hacer compatible ambos modelos. Una política de empresas gigantes debilita la competencia hasta casi desaparecer. Los mercados son dominados, los precios impuestos y la regulación inevitable. Mientras el mercado europeo no sea real, un sistema de ¿campeones¿ irá acompañado siempre del cierre de los mercados a nuevos entrantes y la inevitable vuelta a un modelo de regulación intrusiva, antítesis de la liberalización. Europa se encuentra en un momento difícil, del que hay que salir rompiendo los vicios del sistema, lo que el autor llama las ¿trampas de Europa¿.