El Partido Popular está actuando de acuerdo a la lógica del enemigo más que a la del adversario político. Está inmerso en una campaña que persigue el doble objetivo de derribar al Gobierno y consolidar a un líder débil como Rajoy con tácticas que crean conflictos a una sociedad pacífica. Además, pretende alcanzar la disolución de las Cortes por medios poco respetuosos con la Constitución.